-Con mi tiempo y el progreso-
Lovemonk 2012
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Ana Naranjo-Linda Mirada: Viajar en el tiempo. Viajar a ciudades de provincias, a playas abarrotadas de gente y playas vacías de horizonte entre anaranjado y púrpura, a restaurantes caros y restaurantes baratos, entre fans enloquecidos dispuestos a todo y amantes caprichosas, amantes ingenuas e infantiles.
“Con mi Tiempo y el Progreso” es exactamente así: como una novelita de ciencia ficción sobre viajes en el tiempo articulada en torno a diez capítulos (diez canciones como diez soles) que tienen mucho de confesional, de paródico; llenas de guiños, de referencias a otras canciones, a otros viajes. Es un disco sobre los sueños y las realidades, sobre la fama, sobre el sexo, el amor y, ay, la muerte.
Arranca el disco con “La Costa”, una maravilla nostálgica rollo Jan Hammer con guiños a Julio Iglesias. Le siguen los saxos y los sintes de “Mientras la Música no Pare”, el italo-disco con guitarra groovy de “Secundario” y la melancolía apocalíptica de “Dinamo” (mi favorita del disco) donde el pastiche alcanza entidad de obra total.
Justo a la mitad “Aire”, la primera sorpresa, mirándose en los Fleetwood Mac africanos de “Tango in the Night” y en los Talking Heads de “Naked”.
“Adicta a Nivel Internacional” es una divertida canción a lo Mecano (los Mecano buenos, los de los tres primeros discos) sobre las locuras que llega a cometer un fan. “De Barrio Residencial, De Buena Familia” arranca como si fuera un hitazo de New Order para convertirse en una adictiva maravilla sobre la insignificante mezquindad de las ciudades provincianas y que acaba sonando a Colourbox (con esa guitarra eléctrica que se cuela por ahí).
La temperatura sube con “La Playa”, la canción más sexual, la más compleja y retorcida (con una fascinación erótica similar al score de Pino Donaggio para “Doble Cuerpo” de De Palma) y sigue con “Lío en Río”, cuyas guitarras entrelazadas, paranoicas, me remiten, no sé por qué, a Howard Shore (al de “After Hours” o “Crash”) aunque se abre con un ritmo machacón y sencillo.
Mientras escuchas los últimos (oscuros) versos de “Las Cosas Nunca Salen como Planeas” (donde vuelven a aparecer Mecano y su “El Amante de Fuego”), esperas que ese mantra obsesivo y no carente de humor – “descartan una muerte accidental” – no sea premonitorio.
Podéis comprarlo aquí.
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La costa
Mientras la música no pare
Secundario
Dinamo
Aire
Adicta a nivel internacional (un día más)
De barrio residencial, de buena familia
La playa
Lío en Río
Las cosas nunca salen como las planeas
ESCUCHAR - DESCARGAR
Con mi tiempo y el progreso
Lovemonk 2012
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Ana Naranjo-Linda Mirada: Viajar en el tiempo. Viajar a ciudades de provincias, a playas abarrotadas de gente y playas vacías de horizonte entre anaranjado y púrpura, a restaurantes caros y restaurantes baratos, entre fans enloquecidos dispuestos a todo y amantes caprichosas, amantes ingenuas e infantiles.
“Con mi Tiempo y el Progreso” es exactamente así: como una novelita de ciencia ficción sobre viajes en el tiempo articulada en torno a diez capítulos (diez canciones como diez soles) que tienen mucho de confesional, de paródico; llenas de guiños, de referencias a otras canciones, a otros viajes. Es un disco sobre los sueños y las realidades, sobre la fama, sobre el sexo, el amor y, ay, la muerte.
Arranca el disco con “La Costa”, una maravilla nostálgica rollo Jan Hammer con guiños a Julio Iglesias. Le siguen los saxos y los sintes de “Mientras la Música no Pare”, el italo-disco con guitarra groovy de “Secundario” y la melancolía apocalíptica de “Dinamo” (mi favorita del disco) donde el pastiche alcanza entidad de obra total.
Justo a la mitad “Aire”, la primera sorpresa, mirándose en los Fleetwood Mac africanos de “Tango in the Night” y en los Talking Heads de “Naked”.
“Adicta a Nivel Internacional” es una divertida canción a lo Mecano (los Mecano buenos, los de los tres primeros discos) sobre las locuras que llega a cometer un fan. “De Barrio Residencial, De Buena Familia” arranca como si fuera un hitazo de New Order para convertirse en una adictiva maravilla sobre la insignificante mezquindad de las ciudades provincianas y que acaba sonando a Colourbox (con esa guitarra eléctrica que se cuela por ahí).
La temperatura sube con “La Playa”, la canción más sexual, la más compleja y retorcida (con una fascinación erótica similar al score de Pino Donaggio para “Doble Cuerpo” de De Palma) y sigue con “Lío en Río”, cuyas guitarras entrelazadas, paranoicas, me remiten, no sé por qué, a Howard Shore (al de “After Hours” o “Crash”) aunque se abre con un ritmo machacón y sencillo.
Mientras escuchas los últimos (oscuros) versos de “Las Cosas Nunca Salen como Planeas” (donde vuelven a aparecer Mecano y su “El Amante de Fuego”), esperas que ese mantra obsesivo y no carente de humor – “descartan una muerte accidental” – no sea premonitorio.
Podéis comprarlo aquí.
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La costa
Mientras la música no pare
Secundario
Dinamo
Aire
Adicta a nivel internacional (un día más)
De barrio residencial, de buena familia
La playa
Lío en Río
Las cosas nunca salen como las planeas
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Con mi tiempo y el progreso