"Sharirop" es el sexto álbum de estudio de la banda murciana Varry Brava.
Una palabra que nace de un simple tarareo que se convirtió en canción y que marca el concepto del disco: el baile, la música de baile y los ambientes y espacios en donde todo esto ocurre y las relaciones humanas suceden.
Canciones de fiesta compuestas en casas junto al mar desde la calma e inspiración.
A lo largo de las diez canciones de SHARIROP nos encontramos con varios ambientes de fiesta: un festival (“El último festival”), el parking de una discoteca (“Tierra para Bailar”), la casa de unos amigos (“Boomerang”), un banco en la calle (“Castigo”), un after (“El Aire”) o la faceta más elegante de la fiesta, la ópera en “Fígaro”.
Este es, en definitiva, el mejor disco de los murcianos y un paso adelante en su rutilante carrera.
"¡Ahora!" es el quinto disco de estudio de los madrileños Biznaga. No creo que a estas alturas necesiten muchas presentaciones, pero si este nuevo disco está a la altura del resto de su discografía, estamos ante un gran disco.
En la nota que manda su sello Montgrí a las tiendas dicen: “Biznaga son chavales que han leído unos cuantos libros, a quienes han echado de unos cuantos empleos, y analizan la gravedad de su situación en un banco del parque, rodeados de cáscaras de pipas y litronas y el ocasional vómito.
“La sociedad se desmorona”, exclaman, usando una retórica no sujeta a interpretación. Biznaga se declaran en contra del mundo moderno, a contrapelo del poder y con una “creciente inclinación por la plebe”, que decía Dovlátov.
Exaltan a los humildes: los repartidores con un pie en la tumba (“Réquiem por un rider”) y las parejas unidas solo por la hipoteca (“Espejos de caos”); los falsos autónomos, los feos y los no-productivos; todos aquellos que han sido excluidos de la fiesta privada del capitalismo.
Si el punk rock iba de algo, era de esto. Nos están engañando a base de bien, y por eso, más que nunca, necesitamos marchas triunfales. Contra la oligarquía y la metáfora, por el entusiasmo, la dureza y la razón histórica del proletariado, pegando guitarrazos y berridos, están los Biznaga.
Espabilados y autocríticos, melancólicos y enfadados pero guiados por el cariño.”
"Nueva sinfonía sobre el caos" es el título del álbum de León Benavente para el año 2024. Con avances como En el festín, un relato, casi una ensoñación, de un banquete repleto de luces y sombras, inspirado en la película 'El ángel exterminador'; Nada, una oda a la indolencia, a la inactividad y a la pereza; y La aventura, un single que transmite ganas de vivir, de disfrutar, de sonreír y de rendirnos a todo lo que lleve a nuestra mente a un momento de gozo absoluto.
El grupo lo presenta como "un álbum directo y reflexivo, con canciones poderosas y bailables que representan para nosotros la sinfonía de un nuevo tiempo en el que vivir rápido parece ser la única respuesta a una constante incógnita".
El disco por León Benavente: "Llevamos ya unos años transitando un camino de aprendizaje y transformación, buscando que cada nueva canción nos lleve un paso más allá que la anterior. Queremos pensar que con "NUEVA SINFONÍA SOBRE EL CAOS" hemos llegado al lugar exacto al que nos dirigíamos, sin saberlo, con nuestros pasos anteriores. Una vez hemos llegado a ese lugar, nos preguntamos: ¿Qué hacemos aquí? ¿Qué lugar ocupamos como individuos y como grupo en este fugaz desorden? ¿Somos capaces de mutar y seguir emocionándonos?.
Intentamos cambiarlo todo para sorprendernos, desde los métodos de composición a la participación, por primera vez, de un productor durante la grabación.
Elegimos a Martí Perarnau IV porque nos gusta su forma de entender la música, su habilidad para transitar entre la electrónica y el rock, su mentalidad fresca y abierta.
Confiamos en él para ese proceso de metamorfosis que toda banda con un poco de inquietud acaba necesitando cuando empieza a contar sus años de historia. Elegidas las piezas, nos juntamos durante varias semanas en un estudio en Galicia para volcar toda nuestra energía en este nuevo álbum.
Queríamos un disco corto y directo, canciones clásicas en estructura pero valientes y arriesgadas en la forma, poderosas y bailables, hedonistas y, a la vez, reflexivas. Un trabajo fiel a nuestra personalidad y abierto a todo cuanto escuchamos en el presente. Si este álbum pertenece a algún estilo, al menos que lo haga de forma distinta. Esas eran nuestras premisas.
Es una obviedad decir que vivimos tiempos revueltos, lejos de un orden lógico. Todo cuanto pasa a nuestro alrededor nos afecta de un modo más o menos directo y hace que la fotografía de ese momento sea diferente a las demás. Estas canciones, este conjunto de voces e instrumentos, de ritmos y texturas, representan para nosotros la sinfonía de un nuevo tiempo en el que parece que vivir rápido es la única solución a una constante incógnita. Nosotros nos hemos tomado nuestro tiempo para que suene de esta manera, para que sea esta la sinfonía y no otra.
Quien la escuche al completo podrá después deshacerse de ella o, por el contrario, llevarla siempre encima como un amuleto."
Empezar un disco con un discurso de Pepe Mújica es una declaración de intenciones. Que la primera frase cantada en tu disco diga “Ni estudio ni trabajo” es una declaración de intenciones.
Hacer un disco de rock urbano siguiendo un linaje tan variopinto como Rolling Stones - Primal Scream - Los Planetas - Spaceman 3 - Carlos Berlanga - The Make Up - Motown - Astrud y no hacerle ascos al autotune es una declaración de intenciones.
Kokoshca se niegan a envejecer. Kokoshca odian el trabajo y buscan la felicidad entre bares, desencuentros, revolcándose en la nostalgia y huyendo de ella. A Kokoshca les queman las baldosas.
Durante mucho tiempo la conversación con mis amistades fue la que sigue: (alguien cita a Kokoshca) Automáticamente yo: ¡Los mejores! A veces he jugado al final de la noche a intentar encontrar una canción en castellano que gane a las mejores canciones de Kokoshca. He pasado una hora haciéndolo hasta agotar a mis acompañantes y vaciar el bar. Es muy difícil sacarme de mis trece porque realmente tienen uno de los cancioneros más increíbles de su generación. Y su generación incluye a varias generaciones porque el sentimiento es inmarchitable.
Kokoshca es una forma de estar en la vida con el convencimiento de que todo podría ser distinto y casi mejor vamos a emborracharnos.
En “La juventud” están todos los temas de Kokoshca. Según la escritora Anna Pacheco (en el podcast del grupo, “La juventud”, donde han invitado a gente como El Drogas, Isa -Triángulo de Amor Bizarro- y a Anna Pacheco) estos son: Canciones para no olvidar a alguien, canciones para no trabajar y canciones para no acabar la fiesta. A veces todo a la vez. A mi me gusta pensar que la discografía de Kokoshca le pasa toda al protagonista de “La fuerza”. Le busco en cada disco para ver cómo está. Saber si sigue yendo a los bares peores, si pasó página (nunca lo hizo), si me cae bien todavía. Ese hilo vital les mantiene vivos. El personaje envejece, se desdibuja, persigue ciertas cosas. El poso de los discos, lejos de enterrarles en el tedio les sirve de escalera para llegar a los estantes más altos, repitiéndose aquello que decía Verdaguer primero y Surfin’ Sirles después: “señor dame alas o quítame las ganas de volar”.
“La juventud” es el quinto disco de Kokoshca -el noveno si contamos con sus primeros CD-Rs- y es posible que el mejor. Todos sus estribillos conducen a la afonía, las guitarras suenan mejor que nunca, siguen sumando géneros sin que parezca que han cambiado -el corrido tumbado de “mi barrio” o la cumbia dub de “nos pasa siempre”-, y hay parodia, nostalgia, baile, aspereza, muchos mareos y nervio. Está grabado hace un año en Grabaciones en La Mina por Raúl Pérez y parece un grande éxito. El último clásico del pop-rock español. ¡Los mejores!